martes, 15 de marzo de 2016

Miércoles 9 de Marzo 2016

¡Hola Bloggers!
Le volvió a dar un ataque a Golfo, pero esta vez no como siempre... Y pude verlo, ya que mis padres no sabían bien cómo describirlo.
Esta vez no se podía mantener de pie, aunque estuviera sentado. No sentía las patas traseras y tenía (y aún tiene) dolor en la cadera, con lo cual, cada vez que se resbalaba, gruñía y por eso la anterior vez, estuvo a punto de morder a mi padre y a mi hermano, ya que le estuvieron tocando y le dolía.
Respiraba muy mal, tanto, que pensaba que le estaba dando un ataque al corazón y que se me moría en los brazos.
Estuve hablando con Rosa (la veterinaria), le mandé un par de vídeos y me estuvo diciendo lo que tenía que hacer (vamos... lo que hacemos con el ataque "normal", pero al ser diferente, a mi me daba miedo a hacer cualquier cosa y que le sentara mal).
Yo no estaba tranquila, así que él tampoco se tranquilizaba. Al final mi madre terminó metiendo al perro en su habitación para así yo me fuera a la cama y al menos no estuviera tirada en el suelo con él.
Al día siguiente no podía andar, cosa también normal que nos dijo Rosa, ya que había estado desde las 20 horas del día anterior hasta las 11 que se había levantado. Le teníamos que agarrar del arnés por las patitas de atrás.
Le bajamos a la calle e hizo muchísimo pis (llevaba desde la tarde anterior sin salir a la calle) y, cuando vio a dónde íbamos, dijo que nanai... Y cuando vio el coche y que ya le había cogido mi madre, ya no pudo hacer nada, excepto mirarme con carita de pena por si yo le echaba una mano.
Rosa dijo que estaba bien, que no tenía problemas ni de corazón ni de pulmón. Así que era otra forma de darle el ataque de ictus, aunque también podía ser un miniinfarto o cualquier otra cosa, pero que con el tratamiento del ictus va bien.
Nos recomendó subirle al día siguiente para volverle a ver y le volvimos a llevar. Esta vez nos dijo que ya estaba bien (tarda un par de días en volver a ser él y poder andar bien) pero que tenemos que tener en cuenta que va a cumplir 14 años, que ha pasado por mucho en los últimos años y que, lo más probable, es que se muera en mitad de un ataque antes que de un problema de corazón.
¿Le podemos hacer pruebas? Claro que si, pero no merece la pena por su edad. Ya que habría que dormirle para hacer el TAC, no sabemos como reaccionaría a la anestesia... Y en el TAC nos podemos encontrar de todo, desde que no tiene nada a que pueda tener un tumor en el cerebro. ¿Y si tiene un tumor en el cerebro? Le tendríamos que volver a anestesiar para la operación y sería mucho en poco tiempo, así que nos ha recomendado que no. Que simplemente tenga la vida que lleva, que es muy buena para la edad y ya está... Si no sufre, es tontería hacerle pasar por esas pruebas que ni tan siquiera sabemos si saldría.
Nos ha recomendado que, como ya le cuesta comer el pienso y se lo tenemos que mezclar porque es duro, que le demos directamente comida nuestra. Cosa en la que yo estoy en contra, ya que no me gusta que los perros (gatos, mascotas en general...) coman comida de personas. Pero si es lo que hay, pues es lo que hay.

1 comentario:

  1. A mi perro le pasaba algo parecido al tuyo, y tenía casi la misma edad, 13 años. A el le empezó a pasar bastante antes y aguantó unos cuantos años, hasta que decidimos dormirlo ya no sólo por esto, sino porque se le complicó con afecciones del corazón y otros achaques de la edad. Mucho ánimo, es duro verlos así.
    Besos

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